El pistachero es un árbol pequeño del género Pistacia, que produce un importante fruto, el pistacho, el cual contiene una gran cantidad de nutrientes en muy poca cantidad o volumen de alimento.
En cuanto a sus propiedades nutricéuticas, destacar su alto contenido en Potasio, Magnesio, Hierro , Zinc, Cobre, Manganeso, Calcio y sobretodo Fósforo (100 gramos de este fruto seco equivale casi al 90% de la cantidad diaria recomendada de este mineral). Son fuentes de vitaminas A, B y C, fibra, fitoesteroles y luteína, siendo su contenido de este último, el más alto entre todos los frutos secos. Nos aporta beneficios en la prevención de enfermedades cardiovasculares, ayuda a mantener una correcta transmisión nerviosa, contracción muscular y regula la presión arterial, tiene efectos diuréticos, prevención de la diabetes y es un gran antioxidante, entre otros.
Con respecto a su cultivo, se ha convertido en una alternativa rentable al cultivo de cereales en algunas provincias andaluzas, demostrando su viabilidad y rentabilidad como cultivo para muchas explotaciones agrícolas, por su adaptación a las condiciones climatológicas y por el aumento de la expansión comercial de su fruto.
Los terrenos donde crecen los diferentes portainjertos del pistachero son variados. En general, le son favorables los aptos para el olivo, vid y almendro. Los más apropiados son los franco-arenosos, fructificando menos en suelos más pesados como los arcillosos. El pistachero necesita veranos largos y calurosos e inviernos fríos. La resistencia de esta especie a las temperaturas mínimas absolutas es muy alta, incluso pudiendo aguantar los -30ºC. Esta especie florece a finales del mes de marzo en variedades tempranas y a mitad de abril en variedades más tardías. Las necesidades hídricas del pistachero, oscilan entre 300 y 600 mm según la variedad. El pistachero tarda entre tres y cuatro años en entrar en producción y entre ocho y diez en estar a pleno rendimiento ( en función de las características y condiciones edáficas, climatológicas y el estado nutricional que presente la planta).
El pistacho se encuentra, entre los cultivos ecológicos emergentes actualmente en Andalucía, y a el se suman otros productos como la stevia o el kumquat, que aunque no tienen gran representatividad en el campo andaluz, su futuro parece prometedor.
La gran demanda de este fruto seco, unida a la escasa oferta, hace que su cultivo sea una apuesta segura durante varias décadas.