La vecería o alternacia es un proceso fisiológico natural del olivo en el que se alternan la alta producción de flores y frutos en un año, con otro ciclo anual con menor producción.

Este proceso fisiológico está regulado por una hormona vegetal presente en la semilla, de lo que se puede deducir que si tenemos mucha semilla, esta hormona estará en niveles altos, y por tanto, afectará negativamente a la llamada «inducción floral», es decir, el proceso por el cual las yemas se diferencian a flor o a madera, proceso que se produce allá por el mes de Julio, cuando el hueso se está endureciendo.

Hay diferentes prácticas que pueden paliar en cierto modo esta alternancia de cosecha, como pueden ser:

Recolección temprana: Cuanto antes se recoja la cosecha, la hormona presente en la semilla, disminuirá sus niveles.

Poda adecuada: En los años, en los que toque una «carga alta», conviene sacrificar una parte de la cosecha actual y realizar una poda más intensa, con el fin de regular la cantidad de yemas de flor presentes. Es menos estresante para la planta tener cosechas de 75Kg que un año 100Kg y al siguiente 50Kg.

Riego adecuado: Está demostrado que el estrés hídrico en determinadas épocas críticas del ciclo, hacen que no se lleve a cabo correctamente la inducción floral, y aparezcan gran porcentaje de flores incompletas que no darán lugar a fruto.

Fertilización adecuada: La fertilización correcta es básica para que la planta tenga unos niveles adecuados de nutrientes. Si los niveles son deficientes, la planta en primer lugar invierte sus nutrientes y energía en sus estructuras (Raíz, tallos y hojas) y si los niveles son normales, es cuando dedica recursos a producir fruto.

Un árbol mal nutrido, nunca va a dar la cosecha máxima potencial que podría producir. Por tanto, es muy importante abonar en años veceros para reducir la influencia de esta vecería, en primer lugar, y en segundo lugar, preparar al árbol para la cosecha del siguiente año.